Para grabar la película fueron utilizados dos Ford Mustang GT Fastback 390 de 1968. El primero desapareció sin dejar rastro, mientras que el segundo, fue encontrado en México y lo volvimos a ver en el pasado Salón de Detroit en manos de Molly McQueen, la nieta de Steve. Bajo el capot, este modelo cuenta con un poderoso V8 390 6.4 L que además de generar un sonido embriagador, era capaz de producir 325 CV. Todo el poder era enviado a las ruedas traseras mediante una transmisión manual de cuarta. Gracias a la combinación entre poder con ligereza (1.518 kg) y maniobrabilidad, en la película este vehículo es capaz de derrotar al poderoso y pesado Dodge Charger.