Bajo este nombre agrupamos el tipo de cajas cuyo principio de funcionamiento es como el de las manuales, pero que pueden pasar cambios automáticamente. Esto se logra mediante actuadores eléctricos o hidráulicos controlados por una central electrónica que liberan al conductor de la responsabilidad de mover el embrague y la palanca. Estas transmisiones son más eficientes que las epicicloidales, pero sufren de tirones en el paso de cambios. El problema de los tirones es resuelto en las cajas de doble embrague como la DSG de Volkswagen que utilizan dos ejes, uno dentro del otro, cada uno acoplado a su respectivo embrague. Así se logra un paso de cambios es tan veloz que se torna casi imperceptible, aumentando también la eficiencia.