Necesitan que el conductor maneje el embrague y seleccione la marcha deseada. Su funcionamiento consta un embrague que se encarga de acoplar o desacoplar la entrada de fuerza y dos o tres ejes con engranajes que se acoplan en distintas combinaciones (una por cada cambio) para desmultiplicar (o multiplicar) la fuerza que va hacia las ruedas. Originalmente, pasar de cambios manualmente era una tarea muy complicada, hasta que se inventaron los sincronizadores que se encargan de emparejar la velocidad de los engranajes para que se acoplen suavemente. Esta solución se lo debemos a Cadillac quien la introdujo antes de que nacieran las cajas automáticas.