Porsche 928/911

Destronar un nombre tan potente como el 911 iba a ser difícil. En Porsche tenían algunos problemas con el 911: una plataforma complicada, envejecida y el motor trasero seguía siendo un capricho más que una solución práctica. Los tiempos cambiaban, y así el 928 vio la luz, con un V8 de 240 CV en posición frontal y un diseño radicalmente opuesto a lo que era el 911. Sin embargo, a los puristas no les gustó nada, a pesar de ser un auto tecnológicamente muy avanzado para su época, con dirección a las cuatro ruedas, paragolpes integrados al diseño de la carrocería y un lujoso interior. Su alto precio tampoco lo ayudó mucho, y finalmente el 911 prolongó su vida y ambos modelos pasaron a convivir juntos y el 911 sigue vivo hasta el día de hoy, sin ningún reemplazo que lo amenace.