La quinta generación del Mustang vio la llegada de su propia versión Bullitt. Al tratarse en un modelo “retro” su estética se asemeja mucho al modelo original. Pese a que es el último potro salvaje en contar con una suspensión trasera de eje rígido, recibe varios ajustes en la puesta a punto que lo convierten en el “Mustang con mejor comportamiento dinámico” construido hasta ese entonces. En relación con el GT, esta versión aumentó su potencia hasta los 315 CV y cuenta con ciertos elementos distintivos en el interior como un volante exclusivo.