En cuestión de diseño se podría decir que sólo era un Golf V con baúl y parrilla cromada, pero esto más que una crítica, representó una ventaja. Al estar construido sobre la plataforma PQ35 y contar con una suspensión trasera multibrazo se vuelve a colocar como referente en el segmento de los sedanes compactos, tanto por manejo como por calidad de construcción. Con la llegada del Station Wagon, muestra su lado familiar. Esta es la última generación en derivar directamente del Golf. Su motor base era un cinco cilindros con 150 CV, el cual aumenta su potencia hasta 170 CV en 2008. El lado deportivo venía con la versión GLI impulsada por un 2.0 L con 200 CV, el cual se acopla a una transmisión manual o DSG de seis relaciones.