Adrian Newey definió al RB6 como el "auto con más downforce de la historia de la F1". La clave, que sería uno de los mejores trucos de Red Bull fue el difusor "soplado" que recibía el flujo de los escapes para generar mayor succión. De la mano de Sebastian Vettel y Mark Webber, el monoplaza inauguró el tetracampeonato del constructor austriaco. Sin duda, se trata de uno de los autos más representativos y aerodinámicos de los últimos años de La Máxima.