En las temporadas 1977 y 1978, Lotus introdujo en la F1 este monoplaza que revolucionó la categoría con su efecto suelo logrado mediante el diseño de la parte inferior en forma de ala invertida y su sellado por faldones laterales. Conducido por Mario Andretti, el Lotus 78 fue un emblema aerodinámico, capaz de maximizar carga aerodinámica y de sacarle varias cabezas a sus competidores.