El gran cambio que tuvo el 500, llegó con la revisión F de 1965, donde desaparecieron las puertas suicidas, siendo reemplazadas por un formato convencional. También se eliminaron algunas decoraciones cromadas, un poco pasadas de moda. El parabrisas se amplió y los focos traseros lucían nuevo diseño.
Empleando un motor de 19 CV, el velocímetro logró extenderse hasta los 120 km/h.