No es un tanque de guerra, no es un muscle car, es los dos al mismo tiempo. Cuando los caminos se acaben, pero aún queramos ir rápido, lo mejor va a ser montar un Valiant Charger de los 70s sobre unas orugas y darle mucho poder con un V8 Merlin. Ah, claro, el Pacemaker lleva todo un arsenal a cuestas, porque no solo hay que llegar al objetivo, también hay que destruirlo.