En 2006 Sir Anthony Bamford decidió romper el récord del vehículo a diesel más rápido del planeta implantado en 1973. Para cumplir esta hazaña creó un torpedo de 9.1 metros de largo con dos motores diésel que sumaban una potencia de 1.500 CV, los cuales, llevados a la acción por el piloto Andy Green, permitieron que el vehículo registrara una velocidad de 563.418 km/h.