Las creaciones más importantes de la casa de Maranello casi siempre han llevado motores V12, salvo raras excepciones como podrían ser la 288 GTO o la hermosa F40.
El motivo principal para que los mejores autos del Cavallino Rampante montaran dichas motorizaciones no se debe a cuestiones de ingeniería mecánica pura, ni a que ofrecen un mejor desempeño. La elección de la configuración V12 es mucho más simple, a Enzo Ferrari, "el Commendatore", le gustaba escuchar el sonido emanado de los escapes de un V12, y esa era suficiente razón para que los mecánicos entonaran y afinaran muy bien las máquinas para tener contento al patrón, que vale aclarar al parecer no tenía muy buen carácter.