Una de las grandes curvas de la F1, enclavada en un extremo del circuito de Monza, es una referencia de la F1 de hoy, ya que allí los monoplaza desarrollan hasta 330 km/h. Es una curva larga, con una radio creciente que desemboca a una recta rápida.
En 1953, Juan Manuel Fangio obtuvo su primera victoria en Monza, luego de que Alberto Ascari abandone por fallas en su Ferrari.
Un error en La parabólica le puede salir muy caro al piloto, como le sucedió a Jochen Rindt, quien a bordo de su Lotus chocó en las calificaciones del GP de Italia de 1970, convirtiéndose así en el único –y esperemos que último- Campeón Póstumo de la F1. El último accidente importante de la era moderna fue el de Derek Warwick, quien en 1990 chocó espectacularmente su Lotus en la temida Curva Parabolica.