Este vehículo causó sensación en su época ya que tenía componentes mecánicos innovadores: su marco perimetral envolvente daba al vehículo una protección ante colisiones, mientras que la caja de dirección estaba detrás del eje frontal para proteger al conductor en caso de un choque frontal.
El motor del Tucker Torpedo era un seis cilindros bóxer de 150 CV, pero fue cambiado por un propulsor Franklin refrigerado por aire que era usado en helicópteros. Este motor de 5.5 L le dio una potencia de 166 CV.
Aunque Preston Tucker hizo hasta lo imposible para que el Torpedo llegara al mercado con inversiones multimillonarias, la mala prensa y varios líos jurídicos terminaron por acabar su sueño americano. De los 51 Tucker Torpedo construidos, aún quedan 47 intactos.