BMW vuelve a aparecer en nuestra lista y en esta ocasión por partida doble, el Serie 5 y su variante de combate, el M5. Lo primero que se destaca es la calidad, el refinamiento y la batería de amenities que ofrece; pero si solo fuera por ello cualquier buen auto moderno podría ocupar este puesto. La diferencia es que el Serie 5 combina todo eso con un depurado comportamiento dinámico, cortesía de poderosos motores y un cuidado balance de chasis. El M5 toma esta base y suma un V8 de 4.4L con dos turbos para entregar la friolera de 560 CV al eje posterior. El resto del vehículo acompaña con frenos potenciados, mejoras aerodinámicas y diferencial M para garantizar un comportamiento destacado, tanto en pista como en ciudad.