En Singapur a horas de la madrugada en un día de mayo de 2012, una cámara fue testigo del choque entre un Ferrari 599 GTO y un taxi de esa ciudad. Se desconoce a qué velocidad viajaba el Ferrari, pero para darse una idea el motor del mismo quedo a 30 metros del impacto. El conductor del 599 GTO, un chino de 31 años, falleció en el acto, mientras que su acompañante sobrevivió pero con heridas graves; respecto al chofer del taxi (52 años) y su pasajera (41 años) murieron después por las fuertes lesiones del siniestro. La unidad del cavallino rampante involucrada en el choque posee un motor de 5.9L V12 con 660 CV y está valuada en 430.000 dólares.