El Mercury Cougar nació a partir del Ford Mustang. Fue agrandado y en su interior contaba con mayor equipamiento, todo esto para darle un toque más lujoso y de “Grand Tourer”. Para 1970 lo dotaron con un monstruoso V8 de 429 pulgadas que excedía los 400 CV en la versión GT-E (Eliminator). La marca lo anunciaba como un “animal del camino” y es que con la parrilla negra dividida en dos partes, (un año antes iba de un lado al otro) y el rugido del V8 bajo el capó, sin duda el Cougar tenía una apariencia bien amenazante.