Probablemente uno de los más extravagantes autos que James Bond ha manejado en sus películas. El deportivo inglés, además de incorporar armamentos como un rociador de cemento en la parte trasera y lanza cohetes, se puede trasformar en un submarino para escapar de sus perseguidores.
Después de una batalla submarina en la película, James Bond emerge del agua por una playa donde baja la ventanilla y saca un pez que se encontraba dentro. Esta escena es una de las más famosas de toda la saga.
Hoy en día, lo más cercano que ha estado un auto de hacer lo mismo es el Concepto sQuba, fabricado por Rinspeed y que es completamente funcional. En lugar de tomar como base a un Esprit, ellos utilizaron otro Lotus, el Elise donde la cabina se inunda de agua totalmente por lo que los ocupantes tienen que utilizar tanques de aire comprimido.