El Golf no es un deportivo purasangre como el Megane III RS, esto se nota en cierta inclinación de la carrocería en curvas cerradas, sin embargo, la clave esté en esa combinación entre velocidad (alcanzamos 230 km/h en una sola pasada) y usabilidad diaria.
Sus prestaciones son muy fáciles de explorar, solo hay que tener en cuenta que se alcanzan velocidades altas tan rápidamente que es mejor no desconectar el ESP hasta conocer bien sus reacciones, ya que con un poco de pericia inclusive se lo puede provocar para que saque la cola.
El único punto crítico del Golf GTi está en la relación entre el precio alto y algunas carencias de equipamiento, como se puede apreciar en el comparativo asociado a esta prueba de manejo. Si sos capaz de sacrificar algunos elementos en función de la excelencia mecánica (y acústica), el Golf GTi es sin dudas tu mejor opción.