La idea de un auto impulsado por dos fuentes diferentes de energía (auto híbrido) no es tan reciente como se podría pensar, de hecho es casi tan antigua como el mismo automóvil. Ferdinand Alexander Porsche, en conjunto con el empresario Jacob Lohner, entregaron en 1899 la patente para un carruaje impulsado por dos motores, uno a nafta y dos eléctricos colocados en las ruedas delanteras. Así, en 1900 nació el primer auto híbrido de la historia. Desgraciadamente la tecnología no se continuó desarrollando por la dificultad que representaban el peso y eficiencia de las baterías (obstáculo que hasta hoy en día no se ha terminado de superar).