En una época donde los “autos burbuja” invadían Europa con dimensiones pequeñas y motores de moto, British Motor Corporation (BMC) decidió, en 1959, crear un vehículo que revolucionaría por completo la forma de construir automóviles, a tal punto que hoy la mayoría de los autos se construyen de esta forma. Se trata ni más ni menos del primer auto con motor transversal delantero, lo que significa que el impulsor y la transmisión están colocados a lo ancho del auto y no a lo largo. Gracias a esto, el Mini presumía que el 80% del largo total del auto era espacio para los ocupantes.